Ishtar y Sin. Cuando la escritura era decir y repetición




Himno a Ishtar

¡Tú eres la luminaria de los cielos, que como el fuego llamea en el país,
oh Ishtaritum, cuando apareces sobre la tierra!
¡Tú eres la que es magnífica como la tierra;
el camino de la verdad te rinde homenaje!
Cuando tú entras en la casa del hombre,
eres un lobo que está presto a coger los cabritos,
eres un león que ronda la campiña.
¡Luz del día, joven, ornamento de los cielos,
joven, Ishtar, ornamento de los cielos,
que está adornada con un aderezo de piedras preciosas, ornamento de los cielos!
 
“Para cumplir los presagios yo me alzo, me alzo con perfección,
para cumplir los presagios de mi padre Sin, yo me alzo, yo me alzo con perfección,
para cumplir los presagios de mi hermano Shamash, yo me alzo, yo me alzo con perfección. 
Mi padre Nannar me ha establecido; (y) para cumplir los presagios yo me alzo,
para cumplir los presagios yo me alzo en los cielos brillantes, yo me alzo con perfección.

En el júbilo por mi gloria, en el júbilo por mi gloria, brillantes por mi gloria;
apaciguo los cielos, calmo la tierra, por mi gloria;
(soy) la que apacigua los cielos, la que calma la tierra, por mi gloria;
la que llamea en los resplandecientes cielos,
cuyo nombre es brillante en el mundo, habitado, por mi gloria;
reina de los cielos, que se proclama arriba y abajo, por mi gloria.
Subyugo a todas las montañas, por mi gloria;
soy el muro grande de las montañas, su gran cerradura soy yo, por mi gloria.”
 
¡Que tu corazón esté en reposo, que tu alma se calme,
que el Señor Anu, el grande, suavice tu corazón,
que el Señor, la montaña grande, Bel, calme tu alma!
¡Oh diosa, soberana de los cielos, que tu corazón (esté en reposo);
Señora, reina del cielo, que tu alma (se calme);
Señora, reina del Eanna, que tu corazón (esté en reposo);
Señora, reina de Uruk, que tu alma (se calme);
Señora, reina de Zabab, que tu corazón (esté en reposo);
Señora, reina de Khurshagkalamma, que tu alma (se calme);
Señora, reina del Eturkalama, que tu corazón (esté en reposo);
Señora, reina de Babilonia, que tu alma (se calme);
Señora, mi reina, oh Nana, que tu corazón (esté en reposo);
reina de la casa, reina de los cielos, que tu alma (se calme)!









Himno a Sin

¡Señor, príncipe de los dioses, que sólo él, en el cielo y sobre la tierra, es el más grande,
padre Nannar, señor Anshar, príncipe de los dioses,
padre Nannar, señor Sin, príncipe de los dioses,
padre Nannar, señor de Ur, príncipe de los dioses,
padre Nannar, señor del Egishshirgal, príncipe de los dioses,
padre Nannar, señor de la tiara resplandeciente, príncipe de los dioses,
padre Nannar, quien con vestidos principescos majestuosamente avanza!
¡Fiero novillo de cuernos gruesos, de proporciones perfectas, con barba de lapislázuli,
                                                                                                 [lleno de virilidad y vigor,
fruto (celeste), que se crea a sí mismo y crece ampliamente de forma, agradable de     
                                                           [mirar, y de cuya plenitud no se cansa (uno) nunca,
matriz, universal genitora, que, con los seres vivientes, habita una mansión elevada,
padre misericordioso e indulgente, que tiene la vida de todo el país en su mano!
¡Oh Señor, tu divinidad, como los cielos insoldables y el vasto mar, está llena de terror
                                                                                                                             [sagrado,
creador del país, fundador de los lugares santos, cuyos nombres tú pronuncias!
¡Padre, que dio a luz a los dioses y a los hombres, les hizo habitar una morada y les fijó  
     [las ofrendas regulares que nombra la realeza, da el cetro, decide el destino, los días    
       [más lejanos, el primero de todos, el poderoso; él, a quien ningún dios le escruta el  
      [corazón insondable, corcel rápido, de rodillas infatigables, que abre el camino a los  
                                                                                                        [dioses, sus hermanos,
él, cuya luz recorre sin cesar desde la base hasta lo más alto de los cielos, que abre la
                                         [puerta del cielo y procura la luz a la totalidad de los pueblos,
padre, que engendra a todos los seres vivientes, ante su presencia se alegran las vastas
                                                                                         [poblaciones, que buscan su luz!
¡Oh Señor, que posees las decisiones de los cielos y de la tierra (y) cuya orden que das
                                                                                      [no puede ser cambiada por nadie;
(tú) que dominas el fuego y las aguas, que velas por los seres vivientes! ¿Qué dios es
                                                                                                        [más poderoso que tú?
En los cielos, ¿quién es el más grande? ¡Sólo tú eres el más grande!
En la Tierra, ¿quién es el más grande? ¡Sólo tú eres el más grande!
¡Tú, cuando tu palabra retumba en los cielos, los Igigu se prosternan,
tú, cuando tu palabra retumba en la Tierra, los Anunnaku besan el suelo,
tú, cuando tu palabra aquí arriba pasa como soplo de viento, ella proporciona
                                                                                      [abundantes pastos y abrevaderos!
¡Tú, cuando tu palabra se manifiesta en la Tierra, nace entonces la vegetación!
Tú, tu palabra engorda cercados y rediles y hace multiplicar a los seres vivientes,
tú, tu palabra crea la justicia y la equidad, y hace que los hombres hablen de justicia,
tú, tu palabra es el cielo inmenso y la Tierra cerrada que nadie puede ver!
Tú, tu palabra, ¿quién la puede aprender? ¿Quién puede igualarla?
¡Oh Señor, tú no tienes rival entre los dioses, tus hermanos, para la soberanía de los
                                                                                  [cielos, para la primacía en la tierra!
¡Oh altivo rey de reyes, a quien nadie podría desearle los poderes ni ningún dios igualar
                                                                                                                       [la divinidad!


Laguna de diez versos


mira tu templo, mira tu cuidad,
mira Ur, mira el Egishshirgal!
Que tu esposa bienamada, la bella novilla, te diga: “¡Señor, apacíguate!”.
Que el héroe [Shamash, el valiente señor, el grande], (te diga): “¡Señor, apacíguate!”.
Que los Igigu [te digan: “¡Apacíguate], Señor!”.
Que los Anunnaku [los grandes dioses] (te digan): “¡Apacíguate, Señor!”.
Que Ningal [tu esposa (te diga): “¡Apacíguate], Señor!”.
Que la barra de Ur, [que el cerrojo del Egishshirgal vuelvan a su lugar], que los dioses
                                                    [del cielo y de la tierra (te digan): “¡Señor, apacíguate!”.







 


Textos: del libro Himnos babilónicos. Estudio preliminar, traducción y notas de Federico Lara.

Imágenes: Ishtar (Museo del Louvre de París), detalles de la Puerta de Ishtar (Museo de Pérgamo de Berlín), representaciones del dios Sin.

Ishtar, considerada por los mesopotámicos el planeta Venus, es una diosa con un doble significado: a la vez la gran señora del amor y de la guerra, principio a un tiempo masculino y femenino.
Sin o Nanna, su padre, el dios luna, engendró a Samash (el sol) y a Ishtar (Venus); era considerado el responsable final de la fecundidad de las tierras.



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Sobre este blog

Este es el pequeño álbum de recortes de la Revista Kokoro, dirigida y editada por Laia López Manrique, Lola Nieto y Antonio Rodríguez [Stalker].